Indice
- Un edificio emblematico
- Conoces su historia?
- Un interior de categoria
- Y llego la EXPO Iberoamericana del 1929
- El gran teatro que no pudo ser
- Peligro de demolicion
- Operacion «In Extremis» para salvar el interior
- Un nuevo cometido para el edificio: un banco y la Junta
- Su uso actual
- Pero…que paso con el patrimonio artistico del interior?
- Curiosidades y detalles
- Fuentes bibliograficas
Un edificio emblematico
En Sevilla, cerca de la Casa de la Moneda y del Archivo de Indias, nos encontramos con un singular edificio que no pasa desapercibido, de hecho es inevitable pensar en la Plaza de España al contemplarlo. En el nº 38 de la Avda. de la Constitución esquina con la calle Adolfo Rodríguez Jurado se levanta el Edificio Coliseo, un edificio de corte regionalista. Es un punto clave en el que en todas nuestras rutas que hacemos a pie y que podeis ver aqui, los guias nos paranos a contemplar y contaros parte de esta historia
Conoces su historia?
Fue encargado por su promotor, Ildelfonso Marañón Lavín a los arquitectos José y Aurelio Gómez Millán (El primero se ocupó de la parte técnica y Aurelio realizó la fachada ), cuñados y discípulos de Aníbal González ( lo que explica el uso del ladrillo visto, los paneles cerámicos y las columnas de mármol). Su proyecto en 1924 fue como cinematógrafo ¨Cine Reina Mercedes¨ y cambiará de uso antes de su inauguración pasando a ser teatro ¨Teatro Reina Victoria¨ (por Victoria Eugenia de Battenberg, la esposa del rey Alfonso XIII), teniendo que reducir su aforo de 2755 a 2100 butacas para poder ampliar su escenario. Como curiosidad, diremos que su edificación costó dos millones de pesetas, una suma considerable para la época.
Un interior de categoria
En cuanto al interior del edificio, el edificio disponía de dos vestíbulos de entrada, uno en cada fachada principal, junto a cada puerta, que en el piso superior se transformaban en acogedoras salas para fumadores. Estos espacios estaban bellamente decorados con pinturas murales de temática «costumbrista», que evocaban escenas teatrales y añadían un toque pintoresco al ambiente.A ambos lados del vestíbulo de la Avenida de la Constitución, en aquel entonces llamada Reina Mercedes, se encontraban locales comerciales en sótano, planta baja y entreplanta, situados bajo las amplias terrazas. La sala principal contaba con un amplio patio de butacas, seguido por un primer anfiteatro con palcos y, más allá, un segundo anfiteatro que se prolongaba hasta la fachada de la calle Adolfo Rodríguez Jurado, por encima de la sala para fumadores. Esta distribución permitía acoger a un gran número de espectadores y ofrecer una experiencia teatral única en un entorno magnífico.
Este es uno de los más destacados ejemplos arquitectónicos de su estilo. Fue erigido entre los años 1925 y 1930, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera y el reinado de Alfonso XIII. Su construcción formó parte de las amplias reformas urbanas llevadas a cabo en Sevilla a partir de 1911, en el contexto de la Exposición Iberoamericana de 1929. Este imponente edificio se erige sobre el terreno que anteriormente albergaba el convento de Santo Tomás, el cual fue demolido para dar paso a la creación de la amplia y luminosa avenida.
Sin embargo, lo más notable para nuestro propósito fue la inauguración de la Avenida de la Reina Mercedes, conocida hoy como «Avenida de la Constitución», llevada a cabo por el entonces alcalde Antonio Halcón y Vinent. Para ello, se tuvieron que derribar varias edificaciones que obstruían el acceso directo desde el Ayuntamiento hasta la actual puerta de Jerez. En esta zona, reconocidos arquitectos como Aníbal González dejaron su huella construyendo magníficos edificios en estilo regionalista, muy en boga en aquellos tiempos, que buscaban evocar un pasado de esplendor tras la crisis provocada por la pérdida de las colonias en 1898.
Este magnífico edificio, ubicado en el corazón de Sevilla, se cree que sigue fielmente el estilo característico de Aníbal González, e incluso se ha especulado sobre una posible colaboración del arquitecto con los hermanos Millán. Si bien destacar que Aurelio termina la carrera de arquitectura en 1922 y pasa a ayudar a su cuñado Aníbal González en la terminación de las obras de la Plaza de España, edificio central de la Exposición de 1929, por lo que no es de extrañar que Aníbal González participara en este proyecto aconsejando, asesorando y aleccionando a su hermano político.
El edificio presenta una contundente estructura de formas voluminosas, desarrollando su distribución funcional de manera casi rectangular en un total de cuatro plantas, incluyendo un nivel subterráneo. Sus principales accesos se encuentran en las dos fachadas principales, resaltados por dos amplios balcones miradores que se abren majestuosamente en esas áreas.
Durante su proceso constructivo, se prestó especial atención a cada detalle del Edificio, enfocándose en aspectos cruciales como la seguridad. Se instalaron sistemas de protección contra incendios que permitían la conexión tanto al suministro de agua público como a los depósitos subterráneos. Asimismo, se priorizó la comodidad de los visitantes, dotando al edificio de un sistema de renovación de aire y calefacción por agua caliente. Estas medidas garantizaban una experiencia agradable y segura para el público.
El Edificio Coliseo, de marcado estilo regionalista neomudéjar, exhibe numerosos ejemplos de este diseño en sus dos fachadas principales, que se abren hacia la moderna Avenida de la Constitución y la calle Adolfo Rodríguez Jurado. Por otro lado, la fachada que daba a la calle Maese Rodrigo, inicialmente un callejón privado, fue tratada como una calle trasera. Esta arquitectura resalta la riqueza estilística y la dedicación puesta en cada detalle del edificio.
El Edificio Coliseo muestra otra de sus notables características: el uso del ladrillo tallado, que es labrado de forma meticulosa, similar al trabajo realizado en la piedra. Estas piezas de ladrillo tallado se unen entre sí para formar una estructura sólida y hermosa. Además, el edificio exhibe un exquisito cuidado en su acabado, evidente en los elementos y motivos decorativos empleados, especialmente en las marquesinas de las taquillas con sus elegantes adornos de hierro forjado, los cuales se mantienen aún en su esplendor original. Este nivel de atención al detalle realza la belleza y la majestuosidad del edificio.
La decoración interior del edificio se distingue por la presencia de elementos de alta calidad y gran belleza. Los paños cerámicos, dispuestos como majestuosos tapices, capturan la atención con su exquisito diseño. Las marquesinas de las taquillas, adornadas con elaborados remates de hierro forjado, agregan un toque de elegancia. Los miradores, de 14 y 15 metros de longitud respectivamente, exhiben casetones de madera tallada, tornapuntas forjadas y pilares de ladrillo, brindando una apariencia imponente.
En lo alto de la cornisa y el pretil, se destacan las columnas de mármol que adornan los torreones, con elaborados artesonados y remates de hierro. En el interior, se aprecian apliques de bronce dorado, techos de madera tallada, impresionantes escaleras de mármol y frescos inspirados en obras literarias españolas. Estos detalles enriquecen la belleza del interior, donde también destacaba una imponente lámpara central de bronce y cristal con 180 puntos de luz en forma de «araña», media 6 metros de altura y tenia un diámetro de 4 metros.
Y llego la EXPO Iberoamericana del 1929
El Coliseo representa un auténtico tesoro arquitectónico que bien podría haber albergado uno de los más prestigiosos teatros de España. No obstante, poco antes de la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929, se realizaron modificaciones en el edificio, disminuyendo su capacidad de asientos y ampliando el escenario, transformándolo en el Teatro Reina Victoria, que posteriormente se inauguraría con el nombre de Teatro Coliseo España el 3 de diciembre de 1931, durante la II República, con la proyección de la película «Al este de Borneo».
El gran teatro que no pudo ser
Tras varias decadas y debido a los problemas financieros, Ildefonso Marañón decidió vender el edificio a la empresa Previsión Española. Esta compañía lo mantuvo como cinematógrafo hasta 1969, año en que se clausuró y se vendió al Banco de Vizcaya, actualmente conocido como BBVA. La falta de recursos para su mantenimiento puso en peligro la existencia del Coliseo. En esa época, existía el riesgo de que el edificio sufriera el mismo destino que otros destacados edificios sevillanos: la demolición para adaptar el espacio a un uso más funcional.
La propiedad del edificio tenía la intención de demolerlo, pero en 1970 surgió un movimiento popular en defensa del edificio, con el objetivo de evitar que sufriera el mismo destino que el Palacio de los Sánchez Dalp. Esta movilización ciudadana y la dedicación del alcalde Juan Fernández detuvieron la catástrofe inminente. El alcalde prometió que el edificio permanecería en pie mientras estuviera en el cargo. De hecho, logró que en 1971 se otorgara el prestigioso título de «Bien de Interés Cultural» al edificio, elevándolo a la categoría de «monumento».
Peligro de demolicion
Pero el banco sigue adelante con sus planes y consigue demoler su interior en 1975, perdiéndose la mayor parte de su patrimonio y conservándose solo algunos elementos decorativos que pasaron a manos de la facultad de Bellas Artes.
Con estos destrozos la ciudad presenció uno de los mayores atropellos contra su valioso patrimonio arquitectónico durante un periodo de 40 años,. Lamentablemente, más del 20% de las emblemáticas construcciones de estilo regionalista, erigidas en el primer tercio del siglo XX y con apenas 40 años de antigüedad, se perdieron irremediablemente. Este hecho representa una dolorosa pérdida para la historia y el legado arquitectónico de la ciudad.
Operacion «In Extremis» para salvar el interior
Sin embargo, algo se salvó de la piqueta. La Universidad de Sevilla desempeñó un papel fundamental en la preservación de parte de la decoración interior. El hoy profesor emérito de la Universidad de Sevilla Francisco Arquillo, acompañado por un grupo de estudiantes de la Facultad de Bellas Artes especializados en restauración,en una labor a contrarreloj con las pinturas ya a la intemperie debido al derribo del techo del edificio diseñado por los arquitectos José y Aurelio Gómez Millán, logró salvaguardar y rescatar in extremis entre 1976 y 1977 para las generaciones venideras las pinturas murales de gran envergadura realizadas por Francisco Hohenleiter, uno de los pintores más cotizados de la ciudad durante la primera mitad del siglo XX, para el salón de honor del inmueble. Estas obras de arte se encuentran actualmente resguardadas en un sótano de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.
Asimismo, se ha conservado una parte de los azulejos creados por Enrique Orce, los cuales fueron donados por el Banco Vizcaya a la Universidad de Sevilla y ahora están almacenados en un sótano de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de Reina Mercedes. Lamentablemente, debido a la falta de financiación, estas valiosas piezas se encuentran olvidadas y aún no han sido restauradas.
Un nuevo cometido para el edificio: un banco y la Junta
Entre los años 1975 y 1979, se llevaron a cabo importantes modificaciones en el edificio para albergar una entidad bancaria. Durante este proceso, se vació por completo el interior del edificio, preservando únicamente algunas piezas significativas, como la impresionante araña del Teatro Lope de Vega. Sin embargo, las fachadas del edificio se mantuvieron intactas y conservan su estado original en la actualidad.
En 1979, el Coliseo experimentó una transformación y se convirtió en sede bancaria tras una extensa remodelación llevada a cabo por Luis Fernando Gómez Stern y José Chapa. Posteriormente, en 2002, el Banco BBVA vendió la mayor parte del edificio a la Junta de Andalucía por 18 millones y medio de euros, con el propósito de utilizarlo como espacio de oficinas. Tras esta transacción, se realizó una restauración del exterior y una remodelación del interior, aunque se conservaron elementos que forman parte de su historia. La estructura interior semicircular, por ejemplo, evoca la distribución de la sala teatral, y aún se encuentra presente, aunque sin uso, la imponente puerta blindada que solía resguardar la caja fuerte del banco.
Su uso actual
La transformación peatonal de la zona en 2006 y la incorporación del tranvía metrocentro en 2007 han jugado un papel fundamental para destacar la importancia de este hermoso edificio, cuyo origen difiere notablemente de su función actual. En la actualidad, se ha convertido en un lugar singular bajo la administración de la Junta de Andalucía y es tema recurrente de conversación entre los cocheros que guían a los turistas por las calles de Sevilla.
El edificio fue adquirido por la Junta de Andalucía y reacondicionado para albergar oficinas. En la actualidad, las fachadas son los únicos vestigios que perduran del antiguo edificio.
Pero…que paso con el patrimonio artistico del interior?
El patrimonio artístico del edificio incluye valiosas obras que han sido preservadas y rescatadas. En el Salón de Honor del teatro se encontraban impresionantes pinturas murales realizadas por Francisco Hohenleiter Castro, las cuales representan famosas obras como «Los intereses creados» de Jacinto Benavente, «El retablo de Maese Pedro» inspirado en la segunda parte de «El Quijote» de Cervantes, y un corral de comedias del siglo XVII. Estos murales fueron cuidadosamente desmontados por el catedrático Francisco Arquillo Torres y trasladados a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla en 1976-1977, donde se encuentran almacenados en el Área de Restauración.
La decoración interior y exterior del edificio fue obra de Enrique Orce Mármol, quien utilizó azulejos de estilo neobarroco. Durante la demolición interna del edificio en 1975, se logró rescatar los azulejos del interior, los cuales actualmente se encuentran guardados en los sótanos de la Facultad de Ingeniería Informática de la Universidad de Sevilla.
Es importante resaltar que la magnifica e imponente lampara de araña del edificio, tras un largo periodo de tiempo en la que permanecio almacenada y olvidada en instalaciones municipales, en la actualidad de encuentra en su lugar de origen, el Teatro Lope de Vega de Sevilla, donde fue sometida a un proceso de restauración en 2015, con un coste de 700.000 euros, y a pesar de haber sido reducida en peso y tamaño, vuelve ahora a brillar con todo su esplendor y grandeza original despues de haber residido durante una vida en el Teatro Coliseo España de Sevilla.
Curiosidades y detalles
-La entrada principal de la Feria de Abril de este año, en 2023, tomó como fuente de inspiración el magnífico diseño del Edificio Coliseo y la emblemática Plaza de España.
-Se pone en evidencia que, pese a la rápida y eficaz actuación de la Universidad de Sevilla en un primer momento, y pese a su evidente interés artístico y ornamental las piezas rescatadas han quedado durante décadas almacenadas y olvidadas en los sótanos de dos edificios universitarios sin que se haya culminado su proceso de restauración. Los expertos tambien argumentan que podido desaparecer hasta un tercio de las piezas que se almacenaban, sin que se conozcan las causas.
Estas son algunos de los anuncios,publicados en el ABC de Sevilla, de los distintos espectaculos o sesiones que tenian lugar alli;
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Fuentes bibliograficas
- Junta de Andalucia
- Turismo de Sevilla
- Diario de Sevilla
- Alquiansa
- Facultad de Bellas Artes
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