Tabla de contenidos
- Quien fue Pedro I?
- Quien eran los enemigos de Pedro I?
- Historia de la Cabeza del Rey Don Pedro
- Que paso?
- Justicia!
- Juan “el Carbonero”
- El Rey, descubierto.
- El asesino, expuesto.
- La burla del Rey Don Pedro
- Cómo llegar a la Calle Cabeza del Rey Don Pedro
De todas las historias que circulan por la ciudad de Sevilla, una de las más famosas y respaldadas por datos históricos que prueban que es cierta, es la de la cabeza del rey Don Pedro. Cuenta la historia de un duelo mortal en el que estuvo involucrado el monarca castellano y la asombrosa resolución que se le dio al caso. Esta leyenda te la contamos en mucho de las rutas que organizamos a pie y que puedes ver y reservar aqui!, incluso hay rutas gratuitas.
Quien fue Pedro I?
Pedro I de Castilla, también conocido como «el Cruel», vivió en el siglo XIV y fue uno de los personajes más fascinantes de la historia de España. Es el protagonista de muchas de las historias legendarias de Sevilla, su ciudad favorita. Allí nos dejó una maravilla arquitectónica llamada Palacio de Don Pedro en el Alcázar. Además, durante su reinado, hubo un período de tolerancia para las tres religiones que existían en la ciudad: cristianos, judíos y musulmanes. Fue una época en la que todos convivían en armonía.
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Quien eran los enemigos de Pedro I?
El rey Pedro gobernó durante diecinueve años y su reinado no fue nada fácil, imagínate: terremotos, epidemias de peste, crisis económicas, revueltas de nobles, y encima tuvo que lidiar con la traición de su propia madre y hermanos. Sus dos hermanastros gemelos, Fadrique y Enrique, le hicieron la vida imposible. Eran sus enemigos número uno y, como te puedes imaginar, intentaron quitarle el trono. A Pedro no le tembló el pulso y mató a Fadrique en el mismísimo Alcázar de Sevilla. Hay quien dice que todavía se pueden ver manchas de sangre en el suelo del palacio. Años más tarde, Enrique se vengó y asesinó a Pedro, pero no en Sevilla, sino en Montiel (Ciudad Real).
Con la muerte del rey en 1369, una nueva dinastía, los Trastámara, ascendió al trono. Ellos llevaron a cabo una política distinta con respecto a las demás culturas. Podríamos decir que fue el fin de la tolerancia religiosa y el comienzo de los problemas y persecuciones, especialmente para la comunidad judía.
Comenzaba una nueva era en Castilla. La nueva familia real, por supuesto, trató de manchar la reputación de su predecesor, y de ahí viene el apodo de «el Cruel». La historia siempre la escriben los que salen victoriosos. Sin embargo, la memoria de Pedro vive en su palacio dentro de las paredes del Alcázar. Era un rey cristiano que comía y vestía como un musulmán. Un rey cristiano que rodeaba de consejeros judíos. Preferimos llamarlo «el Justiciero».
Historia de la Cabeza del Rey Don Pedro
Todo empieza con un desafío de Don Pedro al alcalde, Domingo Cerón, quien decía que no había ningún crimen sin castigo en la ciudad. El rey, conocido como «el Cruel» por algo, quiso verificar esta afirmación. Una noche, mientras paseaba por Sevilla, se encontró con un caballero que resultaba ser un rival de la familia Guzmán, quienes respaldaban a Enrique de Trastámara, el hermano ilegítimo del rey que buscaba arrebatarle el trono.
Para lograr su objetivo, el «caballero» difamaba y cometía atrocidades para desprestigiar al rey, y no pasó mucho tiempo antes de que el rey se enterara de esta situación. Pedro I no podía simplemente ordenar ejecutar al caballero, ya que eso desataría una guerra civil con la poderosa familia Trastámara. Por otro lado, no podía dejar pasar la oportunidad de limpiar su honor. Entonces pensó que un duelo sería la mejor opción para lograrlo. En cierta noche, conociendo los hábitos y costumbres del difamador, lo esperó en una calle, en la calle de los Cuatros Cantillos, y allí le exigió que se enfrentaran cara a cara.
Que paso?
El rey, más astuto y hábil con la espada, acabó con la vida del caballero con un certero golpe en el pecho y dejó su cuerpo allí.
Una anciana curiosa trató de ver qué estaba pasando desde su ventana, pero no logró distinguir quiénes eran los duelistas, y aunque intento presenciarlo todo desde esa ventana, solo pudo ver como una de las siluetas nocturnas que luchaban con espadas en la oscuridad le dio muerte a la otra con tan mala suerte. Pero pudo escuchar como al alejarse por la calle el asesino se podia escuchar como un curioso sonido en forma de crujido, como de nueces chocando, pero con tal mala suerte que en ese justo momento se le cayo el candil con el que pretendía iluminar la escena desde su ventana a la calle.
A la mañana siguiente, la anciana le contó al hijo de Juan, el carbonero, que había sido «testigo» de un duelo en el que alguien había muerto. Ese mismo día, en Sevilla, se corrió el rumor de que un poderoso caballero de la familia Guzmán había fallecido en un enfrentamiento en las calles de la ciudad y su cuerpo había sido llevado al palacio de la calle Jesús.
.Fuente: elpasadodesevilla.com
Justicia!
El conde de Niebla, don Tello de Guzmán, se presentó ante el rey exigiendo justicia por la muerte de su hijo. El rey preguntó: «¿Han matado a su hijo? Mis informantes me han dicho que más bien parece que murió en un duelo».
El conde, enfadado, respondió: «Se encontró un candil cerca al cuerpo». El rey contestó: «¿Y por qué crees que fue un asesinato?». A lo que don Tello de Guzmán dijo: «Fue un ataque sorpresa, por eso te pido justicia». Para calmar al padre que lamentaba con orgullo la muerte de su hijo, el rey afirmó: «Y a partir de ahora, te prometo, frente a estos caballeros, que, si descubrimos al asesino de tu hijo, haré poner su cabeza en un nicho en la pared, en el mismo lugar donde murió».
El rey, muy tranquilo por la situacion, difundió un pregón por toda Sevilla prometiendo una recompensa de cien monedas de oro: «El rey don Pedro ordena que, si encontramos al asesino, su cabeza sea colocada en este nicho en la misma calle donde cometió el crimen».
Juan “el Carbonero”
Esta noticia llegó a oídos del carbonero, quien le dijo a su madre: «Mamá, la suerte nos llama a la puerta». Se vistió con sus mejores ropas y pidió ser recibido por el rey. El rey lo recibió con sorpresa y un poco de temor: «Si me estás mintiendo, te haré encerrar en la mazmorra». El chico respondió: «No, señor, no miento. Pero lo diré solo a su majestad, sin la presencia de guardias, criados, ministros o consejeros».
El chico le contó cómo su madre, desde una ventana cercana, había presenciado el duelo entre esos dos caballeros. Juan «el carbonero», además, le dijo: «Venga conmigo y se lo mostraré de frente, cara a cara». Llevó al rey a un espejo que había en la sala, el rey se puso frente a él y le señaló, ya que lo conoció por su caracteristico chasquido de rodillas por lo que era muy conocido debido a un accidente provoado por la caida de su caballo.
A todo esto el Rey, recordando la escena y la caída de aquel famoso candil desde una ventana, le dijo: «Tienes razón, ese hombre es el que mató al caballero Guzmán. Pero a partir de ahora, te prohíbo que se lo digas a nadie más, o si no te haré colgar».
El Rey, descubierto.
El rey dijo: «De verdad, este buen hombre me ha delatado al verdadero asesino del hijo del conde de Niebla. Por eso, ordeno que mi mayordomo le entregue de inmediato las cien monedas de oro prometidas, y que vaya en paz».
Cuando los Guzmanes se enteraron de la noticia, fueron directamente al rey para exigirle que cumpliera su promesa en la calle de los Cuatro Cantillos. El rey les respondió: «Pueden estar allí esta misma tarde, que la cabeza se pondrá en su lugar tal como prometí». La expectación era enorme y muchos vecinos de Sevilla se acercaron para ver cómo el rey cumplía su promesa y colocaba la cabeza del asesino del caballero Guzmán.
El asesino, expuesto.
Llegó el verdugo acompañado por un grupo de guardias con un cajón, el tambor sonó con fuerza y el pregonero leyó: «Ordena el poderoso rey don Pedro que la cabeza del hombre que mató al hijo del conde de Niebla sea colocada en un nicho en la pared de este lugar, donde cometió el asesinato. Pero debido a la importancia de las personas involucradas y para mantener la tranquilidad, paz y sosiego de esta ciudad, el rey ordena que no se revele la identidad del asesino, ya que podría generar enfrentamientos entre las familias. Por lo tanto, la cabeza se colocará en el nicho tal como está dentro de este cajón, sin que nadie se atreva a abrirlo y reconocerla. Además, se colocarán fuertes rejas de hierro para evitar robos». Se estableció un fuerte dispositivo de seguridad para evitar que alguien robara o descubriera la identidad del «asesino».
Cuando murió el rey Pedro I, años después, asesinado por su hermano bastardo Enrique de Trastámara en Montiel, el tal Tello de Guzmán se convirtió en el gobernador de Sevilla. Y lo primero que hizo al llegar a la ciudad fue quitar la reja y abrir el cajon que supuestamente contenía la cabeza del asesino de su hijo. Tenía la intención de clavarla en una lanza y mostrarla, aunque solo fuera el cráneo, a todo Sevilla. Pero cuando rompieron el cajon, hubo un grito entre los presentes: no había restos óseos, solo una cabeza de piedra que parecía ser la del mismísimo rey Pedro I. Parecía que, desde el más allá, el rey se vengaba aún más de los Guzmanes.
La burla del Rey Don Pedro
Don Tello de Guzmán habría deseado destrozar esa cabeza de piedra que parecía una burla en ese mismo lugar. Pero el Guzmán sabía que su hermano bastardo, el nuevo rey Enrique de Trastámara, no lo habría permitido. Así que dejó la cabeza expuesta en una hornacina en la calle del Candilejo, que hoy en día se llama, muy apropiadamente, «Cabeza del Rey don Pedro». Si caminas por esa calle en Sevilla, levanta la vista y verás un busto de mármol. Eso es lo que estás buscando. El busto original aún se encuentra expuesto en el Palacio de la casa de Pilatos. Tambien, como curiosidad, veras colgado el famoso candil con una cadena desde la ventana donde esa anciana contemplo aquel asesinato. La ruta o tickets de la casa de Pilatos la puedes ver y reservar aqui!
Cómo llegar a la Calle Cabeza del Rey Don Pedro
Esta estatua está en el casco viejo de Sevilla, en la Calle Cabeza del Rey Don Pedro, cerca de la Plaza de la Alfalfa. Su código postal es el 41004, y su nombre proviene del busto del rey que se encuentra en una hornacina en el número 30 de la fachada.
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Por eso, está en uno de los lugares más famosos de la ciudad, cerca de otros sitios como la Catedral, la Giralda, la Plaza Nueva o la famosa Calle Sierpes, una de las más conocidas y concurridas de la ciudad. Si quieres complementar tu visita y conocer otros lugares cercanos de interés, te recomendamos que eches un vistazo a nuestras Visitas Guiadas en Sevilla.
Además, si ya estás en la ciudad, también puedes utilizar los siguientes medios de transporte público que pasan cerca de la calle Cabeza del Rey Don Pedro:
- Autobús: líneas 01, 03, 05, 24, 32, C3
- Tren: líneas C1, C3
- Metro: línea L1
Tanto esta leyenda como muchas otras de este estilo te las contamos personalmente en las distintas rutas que disponemos por Sevilla, donde nuestros guias os dejaran asombrados de la riqueza historica de nuestra ciudad.. Te recomiendo acontinuacion algunas de estas rutas, algunas de ellas gratuitas.
Y RECUERDA, si te ha gustado, nos vendria genial que nos puntuaras, que le dieras un me gusta y si lo crees conveniente compartas esta leyenda a tus amigos y conocidos, que seguro que les gustara tambien!!
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