En las instalaciones de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, se ha realizado un hallazgo reciente que surgió durante trabajos de renovación. Estos trabajos revelaron que el edificio se apoyaba en arcos subterráneos, lo cual fue descubierto como resultado de estas mejoras estructurales.
Las labores en curso realizadas por la Universidad de Sevilla en el marco del Plan Director de Remodelación de la Fábrica de Tabacos, que alberga su Rectorado, están arrojando nueva e interesante información sobre lo que, innegablemente, es uno de los más destacados ejemplos de la arquitectura industrial de la era borbónica del siglo XVIII en España.
El descubrimiento se ha producido durante las excavaciones realizadas en una sección de la Fábrica de Tabacos, que en el pasado albergaba la Facultad de Derecho, con el propósito de construir una galería subterránea de 3×3 metros. Esta galería se ha diseñado para albergar redes informáticas y diversas instalaciones modernas. Además de facilitar estas actualizaciones contemporáneas, la galería también permitirá eliminar falsos techos y agregados que, con el tiempo, han alterado la apariencia original de este hermoso edificio, diseñado y construido por Sebastián Van der Boch, Ignacio Sala y Diego Bordick.
Se ha podido verificar que el inmueble cuenta con una cimentación subterránea que fue erigida en el siglo XVIII debido a la frecuente amenaza de inundaciones en la zona en esa época.
En efecto, presenta una característica singular: su estructura se apoya en un sistema de arcos invertidos, un enfoque poco común para la época, pero que demostró su efectividad al resistir el terremoto de Lisboa de 1755 sin sufrir daños significativos.
Además, estas labores han servido para verificar y asegurar que debajo de la Fábrica de Tabacos no hay vestigios arqueológicos, al menos hasta una profundidad de aproximadamente cinco metros. Cualquier posible rastro del pasado tuvo que ser destruido durante la extensa construcción del edificio en el siglo XVIII.
Para establecer los cimientos de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, se llevó a cabo una operación inicial de excavación completa en el terreno donde se asentaría el edificio. Se excavó un agujero grande y profundo que permitió la construcción de los cimientos al aire libre, de manera similar a una mina a cielo abierto. Este proceso, que duró nueve años, implicó llenar el área con tierra por encima del nivel para protegerse de las inundaciones frecuentes de la época. Esto permitió la construcción de las zapatas de abajo hacia arriba, creando grandes pilares de ladrillo.
Es muy probable que estos intensivos trabajos de excavación y construcción, que seguramente generaron gran atención y comentarios en la Sevilla del siglo XVIII, sean la razón por la cual no se hayan encontrado restos arqueológicos hasta el fondo de la cimentación. Esto se debe a que se trató de un proceso en el que se extrajo el terreno original y luego se depositó nuevamente en su lugar una vez que se completaron los trabajos. En este contexto, es importante recordar que durante la construcción de la línea 1 del Metro de Sevilla y su estación de la Puerta de Jerez, se descubrieron restos de la antigua muralla almohade de la ciudad, algunas estructuras anexas y una vía romana pavimentada con grandes losas de pizarra en la calle San Fernando, que linda con la Fábrica de Tabacos.
Los estudios también han revelado información sobre las características de los suelos que se ubican bajo la estructura de cimentación. Estos suelos están compuestos principalmente por una capa de arcilla fangosa de tonalidad gris oscuro, con un espesor de 7,60 metros comenzando desde una profundidad de -6,05 metros y alcanzando hasta -13,05 metros. Por debajo de esta capa, se identifica otra capa de limo de color marrón, seguida de arena en niveles más profundos.
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