Estos son unos baños construidos por los almohades, se estima que datan de finales del siglo XII. No sabemos si el nombre “Baños de la Reina Mora” hace referencia a una reina en particular o si simplemente fue un nombre dado por la gente del pueblo.
Estos baños se encuentran en el corazón del antiguo barrio de San Vicente, en Sevilla. Están ubicados entre las calles Baños, Miguel Cid y Jesús de la Vera Cruz, al lado de la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, que pertenece a la Hermandad de la Vera Cruz y es co-propietaria de los baños. En aquel entonces, esta zona estaba en una isla entre el río Guadalquivir y uno de sus brazos, que ya no existe. Aunque estaba relativamente aislada, formaba parte del centro de la ciudad y estaba protegida por las murallas.
En el año 1248, el rey castellano Fernando III “El Santo” reconquistó Sevilla a los almohades. En la ciudad, se encontraron un total de 19 baños árabes, siendo estos los más grandes, ya que ocupaban toda la manzana actual, de ahí que la calle de acceso llevara el nombre de “Baños”.
Su nombre de “Baños de la Reina Mora” probablemente se debe al hecho de que el Rey Alfonso X “El Sabio” y debido a los repartimientos de 1253 y junto a los demás baños de la ciudad se los donó a su madrastra la Reina Juana de Ponthieu, segunda esposa de Fernando III, que pasó a ser la primera propietaria cristiana de los mismos. Al pasar a su propiedad, empezaron a conocerse como “baños de la Reina Juana” el pueblo lo readaptaría con el nombre de “baños de la Reina Mora”.
También se les conoce en las fuentes como “baño de Don Fadrique”, al que perteneció hasta su ejecución en 1277 por orden de Alfonso X, que se los legó al Cabildo de la Catedral al año siguiente. En realidad, estos baños están muy lejos del alcázar de la ciudad, por lo que es poco probable que alguna noble musulmana se desplazara hasta aquí para bañarse.
Los Baños de la Reina Mora consistían en un edificio con baños y un aljibe que tenía varios depósitos con forma de U y techos abovedados. Estaban conectados entre sí, y en medio de ellos se encontraba un pozo rectangular por donde se obtenía el agua. Había tanto aguas frías como calientes, pero desafortunadamente no se ha encontrado ningún rastro de las calderas en nuestros tiempos.
A principios del siglo XIV, la administración de los Baños se entregó al Cabildo Catedralicio y en 1542 fueron vendidos. Se tiene conocimiento de que los Baños siguieron funcionando como tales hasta el siglo XV.
Este monumento ha experimentado diferentes etapas a lo largo del tiempo. Hacia 1540, cuando los baños ya no se utilizaban, se estableció en el lugar un “Beaterio”, que era una especie de hogar para mujeres arrepentidas de la vida callejera. En 1551, Antonio Gerónimo de Montalván y Ana Enríquez cedieron la propiedad para ser utilizado como refugio para mujeres públicas y se integró a la comunidad de monjas agustinas como parte del Convento del Dulce Nombre de Jesús. En 1641, se realizaron reformas en el edificio, adaptando las habitaciones y eliminando la sala de sauna (vapor) de los baños.
Gestoso y Pérez describen el convento y mencionan la presencia de vestigios islámicos.:
“La iglesia actual, que más bien puede llamarse capilla, atendidas sus pequeñas proporciones, es una construcción sin mérito alguno, según el estilo del siglo pasado. Consta de tres naves, más pequeñas las laterales que la central, á cuya cabeza, y sobre algunas gradas, se eleva el presbiterio, en cuyo altar barroco venerase la hermosa escultura de Montañés conocida por la del Santo Cristo del Amor, advocación que recibió porque la antigua hermandad de este título tenía por principal objeto el de consolar á los pobres encarcelados, y que parece tuvo su primitivo asiento en la parroquia de Santiago. (…) Pocos restos quedan actualmente en el edificio que fué Recogimiento de mujeres: el patio tiene cuatro galerías con columnas de mármol y capiteles de tradición morisca: en el centro existe una fuente revestida de azulejos del siglo XVI. La escalera está cubierta de sencillo artesonado, cuyo viguerío conserva en partes la pintura antigua, con adornos mudéjares. (…) Pasando un patinillo, hay una pequeña habitación de bóveda de medio cañón revestida de casetoncillos con hojarascas y un friso de lo mismo que se ve interrumpido, en que alternan ángeles en actitud de descubrir un viril con S. M., y cartelitas.”
Las monjas estuvieron en el convento hasta 1837, cuando fueron expulsadas. Luego se unieron a las monjas de San Leandro, y el convento pasó a ser utilizado como una casa de vecinos. La iglesia se mantuvo hasta 1868, cuando la Junta Revolucionaria la cerró. En 1886, se convirtió en la Comandancia General de Ingenieros Militares, y sus instalaciones se utilizaron para ese propósito durante aproximadamente cuatro décadas, hasta hace unos cuarenta años aproximadamente.
El edificio estuvo en uso hasta 1976, momento en el que fue desalojado y demolido el cuartel. Sin embargo, se conservaron las habitaciones del baño principal y las cercanas, las cuales fueron excavadas en la década de 1980. En ese momento, la única parte que quedaba de los antiguos baños era el patio, que se había convertido en el claustro del convento. Las excavaciones se llevaron a cabo para evitar que el terreno fuera utilizado para construir viviendas. Actualmente, los baños son propiedad del Ayuntamiento de Sevilla y en 1996 fueron declarados Bien de Interés Cultural.
En 2009, la Gerencia de Urbanismo decidió iniciar un proceso de expropiación forzosa de los espacios dentro del recinto que no eran de propiedad pública. A finales de 2013, se llegó a un acuerdo entre las partes involucradas en cuanto al precio justo, lo que permitió resolver el procedimiento de expropiación de esta propiedad. La propiedad era compartida entre la comunidad de propietarios de un edificio residencial, la hermandad de la Vera-Cruz y un tercer propietario que finalmente sería el Ayuntamiento.
Posteriormente, en septiembre de 2014 el Ayuntamiento formalizaría la inscripción de los Baños de la Reina Mora en su inventariooficial.
La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla le ordenó a la hermandad de la Vera Cruz que tomara medidas de seguridad y limpieza en una propiedad en la calle Baños relacionada con los baños árabes de la Reina Mora, donde se encuentran los restos de un antiguo ‘hammam’ almohade. Aunque la hermandad se desligó de esta propiedad, la Gerencia de Urbanismo demostró que la organización es la propietaria real del terreno y, como tal, debe encargarse de su mantenimiento.
En 2017, la hermandad inició la restauración de los baños, cuyas obras recientemente se han completado. Esta restauración es de gran importancia tanto en términos de patrimonio como de arte.
Los baños han sufrido muchos cambios y están en muy mal estado, por lo que ahora se está llevando a cabo un arduo trabajo de restauración. Aún se conservan azulejos de la época almohade, suelos de barro de la misma época, dos columnas originales del siglo X, el arco de entrada, parte de la bóveda, entre otros elementos.
Características
Los baños son notablemente grandes, siendo uno de los más grandes construidos por los musulmanes en la península ibérica. También tienen un diseño algo diferente al típico de los hammams, ya que cuentan con una amplia sala templada o wastani en el centro.
Los baños han sufrido numerosas alteraciones a lo largo de su historia. Las descripciones, junto con las excavaciones que se han realizado desde 1983, han permitido conocer mejor el antiguo diseño, así como recuperar elementos decorativos. Aunque la planta sólo se conserva parcialmente, se sabe que por extensión era uno de los mayores baños de al-Ándalus, rivalizando con el Bañuelo (Granada) o los del Palacio de Villardompardo (Jaén). La planta sigue el modelo habitual islámico, con un patio rodeado por un pórtico y varias salas donde se desarrollaba el baño. El material más utilizado es el tapial, con uso del ladrillo o el mármol limitado a elementos como arcos o columnas. El patio ocupaba el lugar central del complejo, en torno al cual se disponían las diferentes estancias. Es de forma rectangular, con cuatro arcos en los lados norte y sur y tres en los restantes. Las columnas, de mármol y con capiteles de mocárabes, sustentan arcos de medio punto de ladrillo. El pórtico que rodea el patio tiene aberturas estrelladas en el techo (madawi). El patio estuvo en su día rematado por una “gran bóveda esquifada de cuatro paños.” 8 Al sur se situaba el aljibe que proporcionaba agua a los baños, formado por varios depósitos cubiertos por bóvedas, “en batería” y con forma de U. Entre los brazos de la U se abría un pozo, que habría incluido una noria para transportar el agua.
Al norte se sitúan varias salas que habrían estado dedicadas al proceso del baño. El propio patio habría servido de sala templada (wastani), asemejándose entonces al baño de la Judería de Baza, donde dicha sala ocupaba también el centro. El vestíbulo se habría situado debajo de la iglesia, donde Morgado sitúa un mosaico; unas obras de restauración permitieron descubrir también unas pinturas que se han asociado a los baños en el ábside.9 Inmediatamente al norte hay una amplia sala también rectangular, con muros considerablemente más anchos que los del resto de salas, lo que lleva a su identificación como sala caliente (sajun). Al fondo hay otra sala, esta vez cuadrada, flanqueada por una sala cuadrada más pequeña a cada lado. Se asume que se trataba de la sala fría (barid). Tanto la sala caliente como la pequeña sala a la izquierda de la fría cuentan con aberturas en los techos.
Decoración
El elemento decorativo más evidente son las columnas del patio, de fuste liso realizado en mármol blanco que apoyan capiteles de mocárabe. La base de la mayoría de las columnas están fragmentados, ya que el patio sufrió alteraciones durante el proceso de transformación a claustro del convento. Las arquerías originales, que habrían sido túmidas, fueron reemplazadas por las actuales, que tienen también una línea de imposta más alta. Los fustes de las columnas eran de acarreo, ya que tanto los materiales como las formas varían. La decoración en los muros habría constado de pinturas y yeserías, a juzgar por los hallazgos en distintas partes del baño. En algunas bóvedas han aparecido paños de sebka bajo el enlucido, con un diseño muy similar a los presentes en la Giralda y el Patio del Yeso en el Real Alcázar, lo que ha permitido situar el edificio como contemporáneo. Estas sebkas podrían haber estado pintadas en rojo, en base a algunos restos encontrados.10
Catalogados como un monumento almohade, constituye una aportación muy importante para el patrimonio histórico – artístico de la ciudad de Sevilla.
En la actualidad
Como mencioné anteriormente, la hermandad de la Veracruz ha sido responsable de la recuperación de este lugar emblemático, con la colaboración de la Junta de Andalucía y la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla. En este lugar se han llevado a cabo numerosos eventos, que actualmente están suspendidos debido a la pandemia, pero que pueden visitarse en la actualidad.
Si desean obtener información y conocer este recinto, pueden hacerlo enviando un correo electrónico a la dirección: banosdelareinamora@veracruzsevilla.org, o bien preguntando en la capilla y casa de hermandad durante su horario de atención.
Donde?
Baños de la Reina Mora , Sevilla
C/ Baños, nº 17
Cuando?
Todo el año
Visita libre: de lunes a sábado, de 11 a 13 horas
Visita guiada: martes y viernes, de 11 h. A 13 h.
Visita concertada o grupos, pedir cita a: bañosdelareinamora@veracruzsevilla.org indicando los datos de contacto o llamando al teléfono de la Hermandad: 954 906 512, de lunes a jueves, de 18 h a 21 h
Cuanto?
Consultar precio
Fuentes bibliograficas y fotos:
- Wikipedia
- Elmundo.es
- Hermandad de la Veracruz de Sevilla
- Delegacion de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla
- Consejeria de Cultura de la Junta de Andalucia
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