Sabes que en Sevilla tenemos la famosa Capa Pluvial del emperador Carlos V?

Sabes que en Sevilla tenemos la famosa Capa Pluvial del emperador Carlos V?

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Indice

Frontal de la capa. 📸Archidiocesis de Sevilla

La majestuosa Capa Pluvial de Carlos V, una preciada pieza textil impregnada de ornamentos imaginativos y de un valor artístico e histórico incalculable, se presenta con esplendor en la Catedral de Sevilla. Más precisamente, reposa cerca de la Puerta de Palos, a escasos metros de la Capilla de los Evangelistas y en las proximidades de una magnífica vidriera diseñada por Arnao de Vergara, la cual retrata a San Sebastián con los rasgos característicos de Carlos I.

Origen

El origen de esta joya decorativa se remonta a la coronación de Carlos I de España (conocido también como Carlos V de Alemania) como Emperador en Aquisgrán, el 23 de octubre de 1520. Fue en ese momento histórico que se presume que esta magnífica pieza fue exhibida por primera vez.

Coronacion de Carlos I Rey Emperador 📸Escena de serie de RTVE

Posteriormente, la capa fue trasladada a Sevilla para la unión nupcial con Isabel de Portugal en los Reales Alcázares el 10 de marzo de 1526, marcando así un matrimonio real en el Alcázar de Sevilla. Este enlace entre Isabel de Portugal y el rey Carlos I, quien ostentaba los títulos de Rey y Emperador a los 26 años, y su prometida Isabel, con 23 años, se gestó en medio de la urgencia por concluir la coronación imperial y en un contexto de represión a los comuneros.

Boda del emperador Carlos I e Isabel de Portugal 📸Escena de serie de RTVE

La boda, inicialmente pactada por estrategia política, evolucionó sorprendentemente en una historia de amor. A pesar de haberse conocido apenas unas horas antes del enlace, los dos novios se vieron flechados en el corazón. Carlos, influido por este amor repentino, modificó incluso sus hábitos. Durante su improvisada luna de miel en Granada, dejó de madrugar, se levantaba a las once y, según se dice, no solo dormía… Un auténtico flechazo que resonaría de manera encantadora hasta nuestros días.

Boda del emperador Carlos I e Isabel de Portugal 📸Escena de serie de RTVE


Un monarca cuyo legado perduraría en la ciudad, la cual se transformó en un escenario renacentista para su enlace, desde la construcción inicial de las nuevas Casas Consistoriales hasta las reformas llevadas a cabo en el Alcázar. Con un título que finalmente adornó la prestigiosa hermandad imperial de la Sagrada Lanzada, inmortalizado en los azulejos manieristas de Cristóbal de Augusta donde su imagen junto a la reina se replicó abundantemente. Además, una capa pluvial, quizás un tesoro poco reconocido, que sigue siendo parte integral de la riqueza histórica de Sevilla.

📸Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH)

Después de la destacada ceremonia en Sevilla, el emperador Carlos I obsequió esta magnífica capa pluvial a la Orden de Santiago.

Escudo de la Orden de Santiago

En sus primeros días, permaneció resguardada en un armario de la Iglesia Santiago de Sevilla; sin embargo, más adelante, fue trasladada a la Catedral, donde ahora se exhibe con esmero en una vitrina especialmente diseñada para su protección.

Iglesia de Santiago.📸 Diario ABC

Que significa ese termino? PLUVIAL

El término “pluvial” hace referencia al propósito particular de estas prendas, utilizadas específicamente durante las procesiones para protegerse de la lluvia.

Detalles

La ejecución de esta capa se remonta a 1508, como se evidencia en la fecha inscrita a los pies de una figura santa en la cenefa del lado izquierdo. José Gestoso, en 1892, atribuye su creación a artesanos flamencos. Sin embargo, la experta en tejidos sevillanos, Isabel Turmo, posteriormente sugiere que, tanto por su apariencia como por su técnica, la capa podría tener un origen alemán, ya que presenta similitudes con otros bordados alemanes de finales del siglo XV. En 1955, Turmo misma afirmó que los bordados de la capa podrían haberse originado en conventos checos.

Momentos de la restauracion.📸 Diario de Sevilla

La minuciosa descripción nos revela una prenda circular, diseñada con una abertura frontal que facilita su colocación. Desde la parte superior hasta los extremos delanteros, presenta una cenefa de 26 centímetros de ancho. En esta cenefa, se representan pequeñas capillas con imágenes de santos y santas a ambos lados. En la zona central del cuello, destaca un conjunto de tres ángeles que sostienen una filacteria.

Trasera de la capa. 📸Archidiocesis de Sevilla

En la parte posterior, correspondiente a la espalda del Emperador, pende (al borde del orfre) el capillo. Este tejido, ricamente bordado y de forma casi cuadrada, exhibe una representación de la Coronación de la Virgen con el Niño y cuatro ángeles. Esta escena, de origen medieval, continuó siendo interpretada tanto durante el Renacimiento como en el período Gótico.

📸 Wikimedia

 
Se destaca el cuerpo o tela principal, confeccionado en un lujoso brocatel que resplandece con hilos dorados y seda en tonos amarillo-anaranjados, adornado con delicados motivos vegetales, incluyendo granadas.

📸Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH)

Las representaciones de santos en la cenefa lucen vestimentas que los identifican con un estilo gótico tardío propio de la escuela del norte. Curiosamente, el tejido base pertenece a un siglo posterior, exhibiendo características propias del estilo manierista o proto-barroco.

📸Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH)

Los santos y santas representados en la cenefa son de figura completa. En la caída lateral izquierda, se encuentran bordadas tres imágenes masculinas, posiblemente vinculadas a la realeza: San Luis, rey de Francia; San Wenceslao o San Guillermo de Aquitania; y San Gregorio Magno.

📸Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH)

En la caída lateral derecha, las imágenes representan santas también asociadas a la realeza: posiblemente Santa Juana de Arco, Santa Isabel de Hungría y Santa Elena.

📸Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH)

Presenta exquisitos bordados sobre una base de tafetán, utilizando hilos metálicos y sedas de variados colores que embellecen el tejido principal de seda. Al parecer, alrededor de 1600, la pieza experimentó ciertas modificaciones, entre ellas la adición de la conocida retorcha de almendrillas cerca de la cenefa. Este cambio tenía el propósito de fortalecer las guarniciones o adornos. Además, se sustituyó la tela base original por un lujoso brocatel de oro y seda, que reproduce una variante característica de los tejidos típicamente llamados “de granadas”.

Cual fue su uso?

Conforme al Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), esta pieza se clasifica dentro de la categoría de ornamentos de imaginería y típicamente integra un terno litúrgico.

En la liturgia cristiana, esta vestimenta comenzó a ser utilizada por sacerdotes y cantores en el siglo X, desempeñando un papel no solo en procesiones, sino también en ciertos actos corales y otras ceremonias. Fue en el siglo XI cuando se estableció el diseño definitivo que ha perdurado hasta nuestros días, experimentando cambios mínimos solo en el capuchón y las bandas o tiras delanteras. Inicialmente, estas últimas eran una orla estrecha, pero a partir del siglo XIII, se ensancharon considerablemente, permitiendo la incorporación de bordados con elementos figurativos. El broche metálico o fíbula, desde sus inicios utilizado para cerrar la capa en el pecho, evolucionó hacia una elegante pieza decorativa. Asimismo, en el siglo XII, el capuchón se consolidó como una parte ornamentada de la vestimenta.

Restauracion y Conservacion

A pesar de haber sido confeccionada hace quinientos años, su apariencia parece inmune al paso del tiempo. Sometida a una restauración en 1600, los expertos señalan que en ese momento presentaba una “degradación extrema”.

En el año 2004, el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) llevó a cabo una extensa restauración de la capa. Este meticuloso proceso, que se extendió por dos años y tuvo un costo de 32,000 euros, abarcó diversas etapas. Incluyó desinsectación, limpieza, desmontaje de las distintas partes constitutivas, restauración individualizada de cada componente, corrección de deformaciones, consolidación del tejido base y, finalmente, la protección mediante un forro de seda.

📸Diario de Sevilla

La detallada restauración, supervisada por la destacada especialista del IAPH, Lourdes Fernández, durante el periodo de 2006 a 2008, implicó la desinsectación y limpieza meticulosa de la pieza. Posteriormente, se llevó a cabo la separación de las diversas partes que conformaban la obra, realizando una restauración individualizada de cada componente y eliminando los añadidos de intervenciones posteriores.

📸Diario SUR

Durante el proceso de restauración, se implementaron medidas de conservación que incluyeron el alineado y la corrección de deformaciones. Para asegurar la integración cromática adecuada, se consolidaron el orfre y el tejido base utilizando soportes naturales de algodón y lino teñidos. Además, las áreas sueltas de la capa se aseguraron mediante el uso de hilos de seda. El último paso de la restauración consistió en la protección del reverso de la pieza con un forro de seda, seguido del montaje de las diferentes partes.

📸Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH)


De esta manera, se rescató una pieza con una larga tradición histórica, la cual se exhibe con dedicación en un expositor especial dentro de la Catedral de Sevilla.

 Esta capa pluvial puede encontrarse retratada en la impactante obra “La apoteosis de Santo Tomás”, realizada por Zurbarán y resguardada en el Museo de Bellas Artes. En esta pintura, el Emperador aparece junto a Fray Diego de Deza, fundador del ya desaparecido colegio dominico de Santo Tomás, que se ubicaba en las cercanías de la actual calle que lleva su nombre.


Foto del cuadro de Francisco de Zurbarán.”Apoteosis de santo Tomás de Aquino”Wikipedia

Exposicion

Desde que concluyó su restauración en 2008, la cual posibilitó el rescate de esta invaluable joya histórica y artística, la pieza ha encontrado su ubicación definitiva: resplandece en una vitrina especialmente designada para su exposición permanente en la majestuosa Catedral de Sevilla. La preservación y exhibición de esta capa pluvial sirven como testamento de la rica historia de Sevilla y del impacto perdurable dejado por el emperador Carlos V en la ciudad.

📸Diario 20 minutos


El Cabildo Catedral erigió una vitrina meticulosamente diseñada para albergar de manera permanente esta joya histórica, asegurando condiciones óptimas tanto para su preservación como para su presentación ante los numerosos visitantes que quedan maravillados por su esplendor. La capa pluvial, más allá de su antigüedad, continúa siendo un testimonio visual del esplendor de la época y de la prominente figura del emperador.

Fuentes bibliograficas

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